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Bitácora de un practitioner

Escrito por Colectivo 23 | Jan 24, 2025 10:38:11 PM

Navegando la incertidumbre: Por qué dije 'No' a una gran oportunidad – Y cómo eso valió la pena.
por Lorena Vallejos

Lorena Vallejos es una profesional peruana experta en innovación y desarrollo de productos tecnológicos con amplia experiencia liderando equipos en entornos de alta incertidumbre. Tiene una gran trayectoria profesional. Ha trabajado en empresas como Rappi e Interseguro (una de las compañías más grandes de seguros en Perú). 
Actualmente es
 
practitioner (profesora experta) de las rutas Product Management y Digital Product Design en Colectivo23 y es Sr. Product Manager en Pagaleve Brasil, fintech brasileña de medios de pago, especializada en Buy Now, Pay Later y checkout digital para minoristas.


Ella reflexiona sobre una decisión arriesgada que tomó sin un plan claro y cómo esa elección marcó la diferencia en su carrera.

 

Cuando comencé a trabajar en el maravilloso mundo de Producto, como me encanta llamarlo (porque lo es, jeje.), sabía que uno de los desafíos más grandes sería aprender a ser flexible. Navegar en la incertidumbre es la regla #2 de ser PM. Me he enfrentado a situaciones, tanto profesionales como personales, en las que he tenido que tomar decisiones con la información disponible y esperar lo mejor. Uno no sabe lo que no sabe, y quiero contarles cómo aprendí esta valiosa lección.

Yo venía trabajando en un rol que me encantaba, “haciendo Producto” (como comúnmente decimos). Tenía compañeros muy capaces, de los cuales aprendía muchísimo, y un equipo al que, hasta el día de hoy, tengo gran estima. Sabía que en esa empresa iba a aprender bastante; de hecho, ese era el motivo por el cual quería trabajar ahí. Pero también sabía que llegaría el momento en el que querría más.

Ese día llegó con un mensaje en LinkedIn. Me invitaron a participar en un proceso para ser Head of Product en una startup peruana pequeña, de menos de 50 personas. El rol me llamó la atención porque estaba alineado con mi plan de desarrollo profesional para crecer, aunque sentía que llegaba un poco antes de lo que había planeado.

 

El punto de partida: La vida me tenía preparada una decisión difícil.

Decidí avanzar en el proceso. Pasé entrevistas una tras otra, hasta que llegué a conversar con el CEO. Tuvimos una charla de fit cultural (muy importante cuando avanzas en las entrevistas), donde discutimos manejo de equipos, stakeholders, expectativas, y algunas situaciones hipotéticas. Hasta ahí, todo parecía bastante estándar.

Pero lo que realmente me marcó fue cuando hablamos de debilidades. Me dijo: “No te lo pregunto para saber por qué pie cojeas, sino para entender cómo tú y yo podemos complementarnos. Yo voy a comenzar.”
En ese momento pensé: “Me encantaría trabajar con y para alguien que piense así.” Ya tenía un pie adentro.

La última etapa fue una entrevista presencial en sus oficinas en Lima, con el CEO, el CFO y el PM más antiguo (quien sería parte de mi equipo). Me olvidé de mencionar que en esa época yo estaba “in between” países, preparando todo para irme a vivir a México (Spoiler: Nunca me fui a México).

Regresando al reto que me tenía en mis manos. Tenía que presentar un case study sobre cómo mejorar un feature en uno de los tres escenarios que me enviaron. Pero, como soy yo, y no siempre hago las cosas como las piden, decidí ignorar los escenarios y presentar un caso para hacer un overhaul general del producto. Argumenté por qué era importante hacerlo y cómo lo ejecutaría.

Fue el momento para demostrar mis habilidades de planificación con pocos recursos, experimentación, y mi genuina empatía por los usuarios. (Puedo contar cómo hacer un buen case study en otra edición)

La entrevista fue muy buena, tanto que me hicieron una oferta.

 

La decisión: Entre el crecimiento y la comodidad

Llegó la hora de la verdad. ¿Qué debía hacer? ¿Quedarme en la empresa donde estaba aprendiendo muchísimo o dar el salto a esta startup para crecer como Head of Product y liderar un equipo con el que tenía un match perfecto en cultura y personas? Cuando te encuentras en situaciones como estas, sin una respuesta clara, donde eres el/la capitán(a) de tu propio destino: Nadie te indicará qué hacer. Es en esos momentos estás solo con tus pensamientos y tu almohada.

Quería ambas cosas: quedarme donde estaba porque el rubro me apasionaba y mi equipo era increíble, pero también quería trabajar en la nueva empresa, crecer profesionalmente y colaborar con personas con las que sentí ese click.  La pregunta era cómo decidir entre la puerta A y la puerta B.

Quienes ya me conocen, o me han leído, saben que soy una apasionada por crear productos que le hacen la vida más simple a mis usuarios y que el producto y la empresa con la que trabajo tiene que estar alineado a eso también. Conecté con el propósito de la empresa, y sentía que realmente podía identificarme con los usuarios de su producto porque yo fui en algún momento ese tipo de usuario, tengo amigos que son ese tipo de usuarios. Empatizaba mucho con sus realidades. Eso no era nuevo para mí. entonces entenderlos no iba a ser complejo. El desafío iba a estar liderar a otras personas.

 

¿Cómo tomé está decisión?

Para tomar la decisión, hice una evaluación honesta de mis habilidades. Tenía una lista de hard skills y soft skills, donde me puntuaba brutalmente honesta en una escala del 1 al 5. Uno de los aspectos clave era liderazgo. Si bien tenía experiencia liderando equipos de proyectos y tecnología, nunca había liderado un equipo de Producto, lo que implicaba la formación de personas bajo mi responsabilidad directa. Me sentía incómoda (así es incómoda), pero esa incomodidad me indicaba que tenía mucho por aprender.


El sueldo era un factor relevante, pero no determinante (evidentemente importante más no el factor que me haría tomar la decisión). Sabía que la oferta era buena, con bonos y beneficios, pero mi motivación principal siempre ha sido cómo cumplir con mi propósito: hacerle la vida más simple a mis usuarios. 
También tuve que evaluar mi meta personal de vivir en el extranjero. Desde los 15 o 16 años había soñado con ello. En ese momento, estaba temporalmente en Perú, en transición entre Ecuador y México. Sin embargo, la nueva posición requería que permaneciera en Perú. Esto se volvió un factor decisivo.

Hice mis lista de pros y contras, con sueldo, sin sueldo, hasta pedí un consejo a mi ex-jefa.


Plot twist: Finalmente terminé rechazando la oferta y quedándome en la empresa donde estaba.

Mi reflexión final

Cuando te enfrentas a situaciones como esas, en las que no sabes qué puede suceder, si estás preparado/a o no para dar el salto y hacer el cambio, debes evaluarlo para ver si está alineado con tu plan de crecimiento. Una vez que tengas clara la meta y hacia dónde quieres llegar, es más fácil decidir qué necesitas para alcanzarla, sin saber exactamente cómo y dónde estarás para lograrlo. Y si aún no tienes una meta, entonces evalúa tu nivel de incomodidad en lo que haces. Si sigues sintiéndote incómodo/a, entonces hay mucho por aprender.

Hoy, vivo fuera de mi zona de confort, en esa incomodidad de trabajar en otro idioma, en una Fintech brasilera y residiendo en Río de Janeiro. Créeme, no podría estar más feliz.

 

 

 

 

En Colectivo23, creemos que la incertidumbre es el terreno donde se forjan los mejores líderes, y junto a nuestros practitioners, te guiamos para transformar cada desafío en una oportunidad de crecimiento.

Conoce más del programa donde Lorena inspira a la nueva generación de Product Managers de toda LatAm:

 


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